Una curiosa lápida (libre)

Su suave voz de infante podía escucharse por todo el lugar, era ya de noche, la luna proporcionaba la luz necesaria para ver y el viento soplaba de forma suave y refrescante. Recostada sobre una de las tumbas, con una curiosa lápida con la forma de un águila mirando al cielo, se encontraba una chica solitaria, cantando a la luna, vestida en su extraño uniforme y sus ojos rojos fijos en el cielo.

"Por el horizonte va, a lo lejos veo el sol, por su camino pasar, hasta el ancho mar..."